escrito por la Hermana Theresa Varela
fundadora de la Fundacion Mision Esperanza
Cuando te levantes te dices a ti mismo:
Buen día, deseándote un hoy mejor que ayer.
Ese gesto de optimismo hecha lejos todo lo que
sea enemigo de la felicidad.
Agradece por todo lo que te sucede en este día.
Agradecer es propio de las personas
sencillas, nobles y felices.
Opta por ser bueno. Cree en la sinceridad de los otros.
Haz el "bien" sin preguntar a quién y
sin esperar recompensas. Haz el "bien" bien hecho,
a todos, porque el "bien" mal hecho es un mal bien hecho.
Ofrece , en cuanto puedas, un semblante sereno y acogedor.
Serás un AMIGO, un instrumento de paz y
felicidad en tu ambiente.
Sonríe y no tengas verguenza de saludar a las personas
en la calle. Los que te ven necesitan
de tu sonrisa para aliviar, por un momento, sus penas
y preocupaciones.
Comenta sólo el lado bueno de las personas, en lo posible.
Los pensamientos positivos ayudan la digestión.
Tu serás el fruto de tus propios pensamientos.
Vive con naturalidad. Sé Tú mismo y no te compares
con los otros. Lo importante es que hoy seas mejor que ayer.
No tengas rencor contra nadie. El rencor deprime
y no viene de DIOS. Solo sirve para crear barreras
en el interior de las personas e impedir a la felicidad.
Sé sereno y paciente en las discusiones, en el diálogo.
Aprende a escuchar y piensa bien antes de hablar para no herir.
NO SIEMPRE SERA FACIL, CAERAS MIL VECES Y MIL
TE LEVANTARA EL AMOR ENTRAÑABLE DE DIOS.
PERO CUANTAS VECES LO ALCANCES,
SABRAS QUE EN TU PODER ESTUVO:
LA LLAVE DE LA FELICIDAD